jueves, 5 de mayo de 2011

TEOLOGÍA DEL PROFETISMO (I)

El sábado 30 de Abril y domingo 01 de Mayo el grupo SAB siguio el camino de la teológia del profetismo siguiendo con la senda de las Teologías Bíblicas. El padre Oscar Monzón profundizo el tema introduciéndo al grupo en una nueva dimensión de la acción profética en la historia de la salvación. El tema del profetismo es obligado en el estudio de la biblia ya que 16 libros fueron escritos por profetas y son ellos los que hacen lectura e interpretación de la Torá. Son ellos la instancia crítica de los reyes y del pueblo en el modo de conducir la vida personal, social, política y religiosa, siempre partiendo de las enseñanzas de la Torá.

¿Quién es el Profeta?
Actualmente pensamos al escuchar la palabra profeta en personas que denuncian injusticias sociales y anuncian cambios alimentado el sueño de que otro es posible. Profeta es un término griego ( προφήτης - profetes) que aparece en la mitología para citar al personaje que interpreta las palabras confusas de la sacerdotisa Pitia quien habia recibido un mensaje de Zeus y transmitido por Apolo. Entonces el profeta erá un intérprete de la divinidad y normalmente era un anunciador del futuro porque los oráculos generalmente tenían que ver con lo que iba a ocurrir. Este concepto a perdurado hasta hoy pero veremos diferentes dimensiones bíblicas de la figura del profeta:

El profeta vidente, antiguamente cuando se iba a consultar a Dios se decia "vamos al vidente" (1 Samuel 9:9). El término hebreo usado para vidente es Ro'êH y aparece 11 veces en el Primer Testamento. Los videntes actuaban en centros urbanos. Samuel es un ejemplo típico de un vidente pues, conoce los que está oculto y puede revelarlo a través de hechos.

El profeta visionario, la función del profeta visionario era tener visión o contemplar. Ellos clamaban al pueblo para que se apartara de la mala conducta y respetara los mandamientos y estatutos, según la Ley prescrita a los padres. La visión y contemplación fue parte de la actividad profética de Amós, Miqueas, Nahúm, Abdías y Habacuq.


El profeta, hombre de Dios, es un profeta que tiene una relación íntima con Dios, que le confiere la capacidad de realizar milagros y de mediar entre Dios y el ser humano. Trabajan en favor de los oprimidos buscando transformar la realidad social.

El profeta, término traducido del hebreo nabi´ (נְבִיא) es usado tanto para falsos profetas como para verdaderos profetas. Es un intérprete, que comunica la Palabra de Dios o de Baal. Es una persona elegida por Dios para transmitir su mensaje de denuncia, solución y esperanza. El profeta, al enfrentar la crisis social, política y económica de su pueblo, se convierte también en hombre de la crisis.

La clasificación de los profetas en el Primer Testamento en Profetas Mayores y Profetas Menores no es por ponderación de la importancia del profeta si no por el tamaño de sus escritos. En el siglo II aC ya se conocia está clasificación. Los Profetas Mayores son cuatro: Isaias, Jeremías Ezequiel y Daniel. Los menores forman un grupo de doce, y son: Amós, Oseas, Miqueas, Sofinías, Nahúm, Habacuq, Ageo, Zacarías, Malaquías, Abdías, Joel y Jonás. 
Los profetas y profetisas en la historia de Israel se mueven por la verdad: Dios es justo y el pueblo se aparto de Él. Al romperse la Alianza con Dios, la estructura de la sociedad se debilitó volviendose presa fácil para los dominadores.

La vocación profética: a pesar de la diversidad de personalidades y de contextos históricos y sociales se pueden delinear ciertos elementos esenciales de la vocación profética.

- Cuando Dios llama a alguién es porque ya lo conoce bien.

- El llamado se realiza a través de señales.

- Algunas veces tiene como objetivo dar continuidad a la misión de su antecesor como el caso de Eliseo.

- El profeta es conciente de que está consagrado a la misión profética y hay la certeza de que solo él podrá llevar a cabo la misión.
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- El miedo y otras limitaciones humanas son inherentes a la vocación. Algunos afirman no saber hablar y comunicar pero Dios no acepta esos argumentos.

- El profeta es portavoz de Dios.

Los profetas no fueron los editores de las obras que llevan su nombre. La organización de esos libros, tal como los conocemos se debe a sus discípulos quienes realizaron esta labor mucho despues de la muerte de sus maestros. Este trabajo mas que una tarea editorial, se trata de un trabajo de autor ya que varios de los elementos presentes no son atribuidos a un mismo autor.

Debido a la extensión del tema profético en las Sagradas Escrituras iremos publicando las teologias proféticas por partes, siendo esta la primera.

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