sábado, 1 de octubre de 2011

SAN JERÓNIMO

San Jerónimo es considerado uno de los grandes padres latinos de la Iglesia. Nacio en 347 en Estridón, entre las actuales Croacia y Eslovenia ya que se desconoce la ubicación exacta de la ciudad. Fue enviado a Roma para adquirir una formación superior. Durante su estancia en Roma vivio una vida frívola y relajada, que lo llevo a tener turbaciones de conciencia. Se convirtio en un gran latinista y buen conocerdor de otros idiomas como el griego. Se sumergió en el estudio de las Sagradas Escrituras y combatio las tentaciones con fuertes penitencias. En esta etapa recibe el sacramento del bautizo. Con sus compañeros de estudios se dedica a la imitar a eremitas de oriente en un proyecto que no llega a buen puerto. En otono de 374 llega a Antioquía de Siria y recible clases de Sagrada Escitura de Apolinar de Laodicea. Hacia 375 se interna en al desierto de Calcis dedicándose al estudio del hebreo bajo la guia de un judio converso.  Las discusiones teológicas entre los monjes lo llevan a regresar a Antioquia para ordenarse presbítero, de manos de Paulino Obispo de Antioquia. Participo como observador en los debates del primer concilio de Constantinopla. Debido a sus conocimientos en diversas lenguas se convirtió en secretario del papa San Dámaso.  Las traducciones de la biblia que existian en ese momento, tenían muchas imperfecciones en el lenguaje y varias impresiciones y traducciones inexactas. Jerónimo que escribia con elegancia el latín recibio la tarea de traducir toda la biblia a este idioma. Esta traducción recibió el nombre de Vulgata por estar destinada al pueblo o vulgo y se convertiría en la versión oficial usada por la iglesia.

Toda la vida tuvo un modo duro de corregir, lo cual le consiguió muchos enemigos. Con razón el Papa Sixto V cuando vio un cuadro donde pintan a San Jerónimo dándose golpes de pecho con una piedra, exclamó: "¡Menos mal que te golpeaste duramente y bien arrepentido, porque si no hubiera sido por esos golpes y por ese arrepentimiento, la Iglesia nunca te habría declarado santo, porque eras muy duro en tu modo de corregir!".
San Jerónimo pasos su últimos años como eremita en Tierra  Santa, dedicando muchas oras ala oración y al estudio de las Sagradas Escrituras.

El 30 de septiembre del año 420, cuando ya su cuerpo estaba debilitado por tantos trabajos y penitencias, y la vista y la voz agotadas, y Jerónimo parecía más una sombra que un ser viviente, entregó su alma a Dios para ir a recibir el premio de sus fatigas. Se acercaba ya a los 80 años. Más de la mitad los había dedicado a la santidad.

¿Qué podemos aprender nosotros de san Jerónimo? Me parece que sobre todo podemos aprender a amar la palabra de Dios en la sagrada Escritura. Dice san Jerónimo:  "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y en diálogo personal con la palabra de Dios, que se nos entrega en la sagrada Escritura. Este diálogo con ella debe tener siempre dos dimensiones:  por una parte, debe ser un diálogo realmente personal, porque Dios habla con cada uno de nosotros a través de la sagrada Escritura y tiene un mensaje para cada uno

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