Es una pregunta común entre quienes quieren iniciarse en la lectura bíblica. Daremos unas breves orientaciones para que lector pueda iniciar este enriquecedor camino. Primero tenemos que tener en cuenta que la Biblia no pretende ser un libro de historia, si no que es un libro que busca darnos el mensaje de la salvación. Es el testimonio de amor entre Dios y su Pueblo.
Aunque la Biblia se presenta como un solo libro está conformada por 73 libros y se divide en dos grandes partes. La primera parte es conocida como Antiguo Testamento (AT) conformada por 46 libros y la segunda es llamada Nuevo Testamento (NT) conformada por 27 libros. El AT fue escrito por el pueblo judio después de un largo proceso histórico que se inicio hace unos 12000 años con una tradición oral que posteriormente se plasmó por escrito. Estos escritores inspirados por Dios constantemente recurrian a la memoria histórica de su pueblo para ver la manifestación de Dios en su pasado a fin de buscar luces hacia un futuro que les parecia incierto. Debido a esto existen muchas tradiciones y relectura del pasado a la luz de los hechos que vivia el pueblo en un momento dado. Estos escritos se fueron recopilando y releyendo continuamente. Una forma de imaginar como fue este proceso es que reflexionemos sobre nuestra propia vida y busquemos los hechos en los que Dios se nos ha manifestado de una u otra forma. ¿Contariamos ese suceso de la misma forma, en el momento que nos ocurrió a como lo haríamos ahora?. En el NT se ve un proceso similar. Los escritos que narran la vida de Jesús de Nazaret no fueron escritos durante el ministerio de Jesús. Fueron escritos varios años despues y son producto de la reflexión de una comunidad que reflexionó sobre estos eventos.
Como cristianos, los evangelios tienen una condición preferencial ya que narran la vida y ministerio terrenal de Jesús. La Iglesia considera inspirados 4 evangelios. Algunos recomiendan empezar por el evangelio de Marcos o por el de Lucas siguiendo por el libro de Hechos de los Apóstoles que narra los primeros pasos de la Iglesia naciente. La mayoria de las biblias católicas incluyen una muy útil introducción que nos orientará sobre el contexto histórico en el que fue escrito cada libro, también hay notas al pie de página para ayudar al lector. Otro punto a tomar en cuenta es que la separación por capítulos y versículos es relativamente reciente (para facilitar la búsqueda) y esto a veces condiciona la forma en que leemos la biblia cuando nos guiamos por los títulos de los capitulos (que no existen en los manuscritos mas antiguos) o por las separaciones del texto. Es recomendable tener al menos dos versiones distintas para poder comparar las traducciones, así al encontrar divergencias en los escritos podremos investigar las causas de estas y dar con significado correcto. La lectura grupal es muy útil en este aspecto.
No dudemos en buscar apoyo en estudios, guías o personas preparadas en estudios biblicos y muy especialmente debemos recurrir al Magisterio de la Iglesia. Pronto dedicaremos unos temas al respecto.
Es importante que al leer la biblia no nos acerquemos con la finalidad de buscar verdades, soluciones o doctrinas. Debemos ir dispuestos a escuchar a Dios, por eso es muy importante meditar el texo Sagrado y acompañar el estudio bíblico con constante oración.
R. Sheldon
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